sábado, 11 de diciembre de 2010

Una Villera de Honor alegre y emocionada.

La mañana en la Villa amanecía radiante, con un cielo azul espléndido y una brisa agradable, que hicieron de preludio a un acontecimiento histórico para nuestro pueblo en general, y para el mundo cofrade en particular.

Doña Gloria Rodríguez Pérez era nombrada hoy Villera de Honor. La fecha de este sábado 11 de diciembre de 2010, quedará ya para los anales de La Villa de La Orotava, como el día en que una hija de este pueblo ha sido honrada con una de las distinciones más especiales que el Ayuntamiento puede conceder.

Desde su llegada al Consistorio, y durante todo el acto, el rostro de Doña Gloria irradiaba una emoción y una alegría, que expresaban en justa medida todo lo que sentíamos aquellos que, con sincero cariño y admiración, pudimos acompañarla en un acto tan importante y señalado para ella.

Comenzaba la sesión en el Salón de Plenos a las 13:00 horas, tal y como estaba previsto, con la lectura del acuerdo plenario, en donde constaba que por unanimidad de todos los partidos políticos con representación en el Pleno del Excmo. Ayuntamiento de La Orotava, y tras la instancia presentada en el mismo y firmada por un numeroso grupo de personas, en su mayoría pertenecientes a la Parroquia de San Juan Bautista, se le concedía a Doña Gloria Rodríguez Pérez el título de Villera de Honor.

Haciendo un repaso por su biografía, y por la extensa nómina de obras que engrandecen aun más nuestro rico patrimonio, se le hacía entrega del diploma acreditativo de dicho nombramiento, de manos del Istmo. Sr. Alcalde, Don Isaac Valencia Domínguez, quien también tuvo cariñosas palabras de reconocimiento y felicitación para la homenajeada.

Seguidamente, un familiar cercano de Doña Gloria habló en su nombre, dando las gracias a todos los que de una forma u otra hicieron posible este reconocimiento, que tomando prestadas sus palabras “no me creo merecedora de ello”. También tuvo palabras de agradecimiento a su familia, por ayudarla a desempeñar su labor durante todos estos años, y a todos los párrocos de San Juan Bautista, con quienes tuvo siempre un especial trato dada su estrecha relación con esta parroquia. Además se acordó de su familia sanjuanera dedicándole unas emotivas palabras, reconociendo que “me han hecho sentir joven” a vuestro lado, en los preparativos de cada una de las celebraciones.

Doña Gloria, todos los cofrades villeros sí que creemos que se merece este reconocimiento, porque su labor callada y constante ha sido siempre su seña de identidad. La fidelidad que ha mostrado a todas y cada una de las cofradías que han solicitado su colaboración, su disponibilidad para con los demás, y su gran corazón, han hecho que se ganara el cariño y la admiración de todos nosotros.

Hoy aplaudíamos su nombramiento como si fuera el de nosotros, de nuestra familia, de nuestras amistades, pues cada vez que hemos cogido una redoma para salir en procesión, y en cada ocasión que un varal se posa sobre nuestros hombros, hemos podido admirar su talento, su buen hacer, su obra creada y siempre a sus ojos imperfecta, con esa autoexigencia que siempre le ha caracterizado, y que tan buenos resultados le ha otorgado.

Muchos momentos hemos compartido a su lado en el camarín de San Juan, muchas vivencias que ha querido compartir con nosotros, muchas anécdotas de esa Semana Santa de antaño y también de ahora. Momentos especiales que llevaremos para siempre en nuestra memoria, en nuestros recuerdos.

Doña Gloria, como bien dijo nuestro Alcalde hoy, su nombre no se perderá nunca. Su legado y sus enseñanzas seguirán estando ahí siempre, y las nuevas generaciones tendrán una responsabilidad grande en su conservación. Pero sobre todo, el cariño y la amabilidad que hemos recibido de usted, y el recuerdo de quienes la apreciamos sinceramente, es lo que hará que el nombre de Doña Gloria Rodríguez Pérez perdure siempre en nuestros corazones, como su mejor y más grande legado.

Muchas felicidades Doña Gloria.

I. G. S.