lunes, 11 de julio de 2011

El Santísimo Cristo a la Columna procesionó con solemnidad y recogimiento en la tarde de su Festividad.

Muchas miradas, inagotables oraciones y plegarias, lágrimas de emoción e intensa fe y devoción. Todas esas sensaciones se respiraron en la tarde de ayer, día de la Festividad del Santísimo Cristo a la Columna. Los cofrades y devotos villeros que se acercaron ayer a la Parroquia de San Juan Bautista, se postraron ante los pies del Señor, para llevarlo a hombros como sólo La Orotava sabe hacer, por las pinas calles de la feligresía de San Juan Bautista.

La Solemne Concelebración Eucarística comenzó a las 7 de la tarde, con la procesión de entrada de la Venerable Esclavitud y los presibíteros y diáconos al templo de San Juan. Numerosa fue la asistencia de los esclavos del Cristo, que un año más cumplieron con la cita veraniega de esta institución ya centenaria. La Coral Polifónica Villa de La Orotava contribuyó con su aportación musical a un mayor realce de la celebración, y en el marco de ésta, se produjo el relevo del Esclavo Mayor.

Sobre las 8:30 de la tarde, comenzaba a salir el cortejo procesional. Los hombres y mujeres que forman parte de la Esclavitud, tomaban la Plaza de San Juan cubriendo de negro todo el entorno, siguiendo la estela del Estandarte de esta corporación. En la plaza y aledaños estaba el pueblo de La Orotava, esperando la salida de su Cristo. Ésta se produjo instantes después, bajo una nube de incienso y el sonido de las cornetas de la Banda de San Juan Bautista. A paso lento y preciso, el Cristo avanzaba hasta llegar a la calle de San Juan, momento en que comenzaba a sonar los acordes de su marcha, "Santísimo Cristo a la Columna" de José Mesa Cabrera, mientras las campanas de la torre sanjuanera publicaba con gozo y júbilo que el Cristo ya estaba en la calle.

La procesión transcurrió a buen ritmo, con solemnidad y recogimiento, y con un gran número de fieles que acompañaron al Señor y arroparon a su Esclavitud, durante todo el recorrido. Aproximadamente dos horas después, llegaba la imagen de nuevo al templo, y a los sones de nuevo de su marcha, se despedía de La Orotava, de sus adoquines y balcones, hasta el próximo Jueves Santo de 2012, día en el que, Dios mediante, volverá a recorrer nuestras calles y a "bendecir con sus manos atadas a su Villa de La Orotava".

I. G. S.