domingo, 18 de marzo de 2012

Un valioso cofre para la Historia de nuestra Semana Santa.

La Orotava esperaba con ganas la llegada del Pregón de la Semana Santa 2012, y es que, nada más conocerse la noticia de que el pregonero de este año era Juan Alejandro Lorenzo Lima, la expectación fue máxima. El templo parroquial de Santo Domingo de Guzmán, lugar designado por la Comisión Mixta para acoger este importantísimo acto, presentaba un lleno absoluto. Sin duda, los pronósticos se habían cumplido, y es que era un pregón esperado por muchos.

Juan, como así lo conocemos sus amigos, realizó anoche un auténtico regalo para la Orotava. Nos brindó a todos los cofrades y devotos de su pueblo, un pregón brillante, digno de elogios, y merecido de ser recordado. Y es que, sus vivencias y sus conocimientos son tan ricos como auténticos, y toda la emoción que derrochaban sus palabras, se combinó con la puesta en marcha de una mente privilegiada que supo trasladar las miradas de todos los presentes hacia un pasado decimonónico, heredado al fin y al cabo, por todos los que hacemos nuestra Semana Santa.

El acto contó, como de costumbre, con la presencia de la Corporación, encabezada por el Ilmo. Sr. Alcade Don Isaac Valencia Domínguez, así como con las representaciones de las diversas Hermandades y Cofradías de La Orotava, y muchos amigos, familiares y compañeros de profesión del pregonero. Comenzó con las palabras del Rvdo. Don José Vega Herrera, párroco de Santo Domingo de Guzmán, quien dio la bienvenida a todos los presentes, y nos invitó a reflexionar sobre los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, que próximamente nos dispondremos a celebrar. Seguidamente actuó el “Trío de Viento” de la Escuela Municipal de Música y Danza de la Villa de La Orotava, que interpretó la obra Vía Crucis, de Francisco Javier Alonso Delgado. A continuación tomó la palabra Don Cándido Quintero, encargado de presentar al pregonero, destacando el amplio currículum del mismo, y su implicación en diversos proyectos historico-artísticos tanto a nivel regional como nacional.

Llegó entonces el momento más esperado de la noche, el comienzo del pregón, y para ello Don Juan Alejandro Lorenzo Lima comenzó su intervención agradeciendo a las personas que hicieron posible su designación, confensando con sinceridad cuan honrado se sentía de asumir tal responsabilidad y lo difícil que se le antojaba esta tarea, por tantos sentimientos y emociones que acudían a su corazón.

Fue un pregón titulado “Evocaciones. La Villa y su Semana Santa en torno a 1812”, y estructurado, a mi entender, en dos partes bien diferenciadas. La primera fue un relato emotivo, sincero, y lleno de recuerdos. Siendo consciente de quiénes le escuchaban, utilizó una prosa fácil pero directa, llegando al corazón de quienes tenemos la suerte de haber compartido muchas de las vivencias que él quiso compartir con el respetable. Juan Alejandro se retrotrajo a su infancia, cuando siendo monaguillo de la parroquia de San Juan Bautista, participaba en todos los preparativos que se llevan a cabo en las sacristías y camarinos de los templos, donde se limpian ornamentos, se arman tronos, y se visten imágenes sagradas. Se acordó de muchos de los que ya no están, y de otros que aún trabajan en todos los templos de la Villa para que cada uno de los actos y celebraciones salgan con el esplendor que se merecen.

Pero, si en esta primera parte se mostró cercano, como un cofrade más, Juan Alejandro construyó en la segunda parte una recreación de la Semana Santa de 1812, año de la Constitución de Cádiz, para disfrute y deleite de todos los allí reunidos. ¿Cómo era la Semana Santa de nuestros antepasados? ¿Qué Semana Santa pudo conocer Fernando Estévez de Salas, nuestro mejor escultor, mientras vivió, para que nos dejara un legado tan sublime? Todos los historiadores, y muchos cofrades y villeros de a pie, nos hemos preguntado esto mismo muchas veces, pero nunca antes una respuesta se nos había materializado tan nítida y certera como la que nos ofreció nuestro pregonero oficial. Desde el Miércoles de Ceniza, hasta la nocturna Vigilia Pascual, realizamos un recorrido por las tradiciones que hemos perdido con el devenir de los acontecimientos de siglos pasados, y otras que hemos podido mantener y conservar casi intactas a pesar del tiempo. Cuántos cambios ha habido desde comienzos del siglo XIX hasta hoy, y sin embargo, la Villa de La Orotava sigue atesorando un legado religioso, artístico y cultural, que se pone de manifiesto cada año por Semana Santa. Éste, y no otro, ha sido el valioso cofre que Juan Alejandro Lorenzo Lima dio a su pueblo la noche de ayer, un auténtico regalo para la Historia de nuestra Semana Santa.

Brillantemente, cerró su intervención haciendo un llamamiento a todos los orotavenses para que permanezcamos firmes y comprometidos con el cuidado del legado que hemos heredado. Un patrimonio artístico y cultural que nos hacen ser referente dentro y fuera de nuestras Islas, y que sin duda alguna, debemos hacer todo lo posible porque perdure para las futuras generaciones.

Desde mi modesta pluma, quisiera felicitar de nuevo (ya que anoche lo hice en persona) a Juan Alejandro Lorenzo Lima. No sólo por el Pregón, sino por todo lo que ha conseguido en su vida profesional. Estoy seguro que estamos asistiendo sólo al comienzo, que ya es mucho, de una fulgurante carrera que no parece tener techo. Sigue llevando el nombre de La Orotava por bandera, sigue siendo fiel a tus raíces, y sigue trabajando en favor de la defensa y conservación de nuestro legado.

Ha terminado ya el pregón, Juan, pero aún queda mucho por decir. Enhorabuena.

I. G. S.