martes, 3 de abril de 2012

Huele a incienso en la Villa...

¡Huele a incienso en la Villa!... y el incienso se cuela por los resquicios de lo hondo de los corazones para anunciarnos, en lo hondo de la conciencia, que de nuevo recorremos con Cristo su camino hacia la luz de la Pascua. No hace falta siquiera que abramos puertas o ventanas, o que engalanemos las elegantes balconadas de las que podemos presumir… es el incienso el que entra y remueve los entresijos de nuestra vida para que salgamos a la calle. Tal vez con la mochila de la playa, el hotel en el sur o con la maleta con el tiempo justo para llegar a TF Norte… pero ahí está Él. Se anuncia con olor y fragancia que no entorpece, que avisa, que alerta pero no presiona. Y, sin querer, ahí está Él. El paso frente a nuestra puerta o garaje que nos llama a mirar y a ver. Mirar y ver el dolor de Cristo en las magníficas tallas… pero no nos engañemos ni cedamos a equívocos.

La talla remite a la mano de un artista que supo plasmar algo más profundo: un sentimiento. Nada es comparable al dolor hecho carne y éso sí que se carga bajo el traje de gala de la cofradía, bajo el hombro dolorido por el peso y las empinadas cuestas de nuestra Villa; bajo la medalla que cuelga en el pecho de cada cofrade que sale a la calle y, con más o menos consciencia, acompaña al maestro y reproduce, con la “pasión” de su existencia, los amargos momentos de Jesús. Él sigue padeciendo hoy en la crisis que nos asola, en el trabajo que anhelamos pero que es sólo  eso: un anhelo; Sigue sudando sangre cuando salimos a patearnos los despachos con currículums o cuando salimos de casa con todo trabajado y, en el momento del examen, nos quedamos en blanco; Y sigue gritando: “¿por qué me has abandonado?” en cada cofrade que sólo es un traje; que es sólo un hombro que carga y sale en la foto pero luego todo se guarda “hasta el año que viene”. 

No nos engañemos. “¿Por qué me abandonas?”, nos dice Jesús a cada creyente que quizá nos paramos en la esquina a mirar y también a comentar… ¿por qué me abandonas?”. Necesito que hagas “Santa” esta semana si, en el dolor de Jesús perfectamente tallado,  te encuentras con tu pasión particular: tu matrimonio, tu trabajo, tu vida emocional, tu vida familiar, tu… Esta semana Jesús es el que camina con cada cofrade despistado, con cada creyente más o menos comprometido, con el que decora y sólo eso, con el que admira el arte simplemente, con… no te engañes, villero, Jesús ha bajado del trono y anda muy vivo en nuestra calles: basta que te mires a los ojos y te veas en profundidad. El buscará la forma de entrar hasta dar contigo: una marcha procesional, una predicación, una vela que se enciende y se apaga, una foto, una perspectiva ideal… o, simplemente, el incienso. Ésa fragancia que lo envuelve todo… déjate atrapar por Jesús y que esta Semana sea “santa”. Santa porque te has dejado encontrar. Jesús ya está en nuestras calles… y tú, ¿dónde?... huele!: incienso!!!!. 

C. M. P. M.