domingo, 24 de marzo de 2013

Jesús entra en La Orotava entre palmos y olivos

En la mañana de hoy, la Villa vivió unos de sus momentos más especiales. En torno al Colegio de San Isidro Labrador, de la Congregación Salesiana, se reunían desde primeras horas de la mañana cientos de personas y sobre todo de una multitud de niños y niñas, aportando al acto de hoy un desbordamiento de alegría, de ternura, de bullicio, un matiz muy especial que hace a la procesión de El Burrito, una procesión única y atípica en cuanto a la sobriedad y recogimiento que a nuestras celebraciones se refiere. 

Al son de los alegres cantos tan propios del día de hoy, de tambores y palmadas, el Señor recorrió las calles del municipio como en la antigua Jerusalem, bendiciendo cada rincón y cada plaza del municipio.
A la llegada al Templo Matriz, con la solemnidad que un día como hoy requiere, comenzó la Sagrada Eucaristía en la que se leyó la Pasión. Un templo abarrotado escuchaba como Cristo había entregado su vida sólo por amor.

Tras la finalización de esta, se dispuso a la salida procesional de las imágenes de Santa María Magdalena, obra de Luján Pérez, y el Stmo. Cristo Predicador, perteneciente a la gubia de Blas García Ravelo. Dos imágenes que salían del Convento Dominico de San Benito, hoy Parroquia de Sto. Domingo de Guzmán y que con la Desamortización recalaron en la Parroquia Matriz. 

Representan el momento de la Conversión de la Magdalena, ese momento en el que la pecadora enjuaga con el mejor de los perfumes los pies del Divino Maestro, unción que predecía la que más tarde harían con el cuerpo muerto de Jesús, unción para la vida eterna.

El tiempo hizo amago de presencia, pero no más halla de ello, tan solo ocasionó murmullos y un pequeño revuelo postrando nuestros ojos temerosos en el cielo.

Esta tarde iremos a orar con Jesús en Getsemaní en la Iglesia de San Francisco, esperando que nuestros oídos no se cierren, que no nos quedemos dormidos a su Palabra, y a su entrega sin medida.

G.C.H.