En la noche de ayer, Viernes de Dolores, los villeros acompañaron a la Virgen en su dolor por su pausado caminar bajo la alameda.
Después de la Solemne Eucaristía, oficiada por el Rvdo. D. Óscar Luis Guerra Pérez, párroco de Nuestra Señora de la Concepción y San Isidro Labrador, y animada por el Coro parroquial de Nuestra Señora de la Concepción, el cortejo procesional se dispuso a comenzar su andadura bajo la luna llena.
A las 21:23 salía el estandarte de la venerable cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de los Dolores. La Virgen, exornada con gladiolos blancos, bajaba las pétreas escaleras de la Iglesia de San Agustín a sones de El último beso, interpretada por la Banda de música de la Agrupación Musical Orotava.
Se vivierno momentos emotivos en su deambular por la Plaza de la Constitución, con las marchas Nuestra Señora del Patrocinio o Atado a la Columna. Finalmente, regresó a su templo a las 22:12.
J. H. M.
